2 de febrero de 2008

El paso del tiempo y Perla Jaritonsky

Últimamente me agobio por faltarme el tiempo. No sé si es que no lo tengo o es que lo gestiono mal. En cualquier caso nada puedo hacer cuando ya me doy cuenta de que necesito más horas.

Generalmente mi ritmo es acelerado, soy medianamente nerviosa y procuro que cuando llega el fin de semana todo se ralentice un poco. La semana va in crescendo, llega el viernes y termino a punto de estallar. Ayer mismo: trabajo de 9h a 14h y un buen rato por la tarde grabando un vídeo (nuevo experimento). Voy a casa, suelto el ordenador, cojo el texto y el cuaderno de apuntes y voy a coger el metro-centro. Luego enlazo con el 33 (el 31 acaba de irse y nadie sabe cuánto puede tardar en volver) y más tarde con el 2. Llego al ensayo, no era la única que andaba en ese estado de ánimo. Viernes apretado.

Muchos escritores han hablado del paso del tiempo, del instante, Jorge Manrique, Marcel Proust...El jueves en Radioactivos pudimos escuchar el Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj, de Julio Cortázar. Éste es el texto:

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo.

Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca.

Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico.

Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa.

Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes.

No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.


En el último curso que impartió Perla Jaritonsky en Escénica de Sevilla (en febrero de 2007), trabajamos el concepto del tiempo, de su paso, de la inmediatez, de los ritmos... Cada uno de los alumnos llevamos un reloj. Los había de cuerda, de pulsera, de cuco, de pared, despertadores... y en torno a ellos hacíamos coreográfias e improvisaciones.

También aportábamos textos y sobre algunos de ellos trabajamos diferentes modos de expresión corporal, movimientos, etc. Yo propuse la canción De paso, de Luis Eduardo Aute, aunque finalmente no la usamos en clase.

Sólo morir permanece
como la más inmutable razón,
vivir es un accidente,
un ejercicio de gozo y dolor.
(...)
Que no, que no, que el pensamiento
no puede tomar asiento,
que el pensamiento es estar
siempre de paso, de paso, de paso..
de paso...


Los ejercicios fueron muy interesantes y aunque fuimos muy conscientes de que el tiempo nos aplasta Perla nos hizo ver el lado positivo. Es de esas personas que cuando te hablan hacen que tu paz aflore.

De paso, en la versión de León Gieco:

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