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15 de enero de 2012

Píldoras azules

Ella: ¿Por qué me quieres?
Él: Porque cuando atraviesas un paso de cebra parece que le haces el amor a la calle entera... y también porque al despertarte por la mañana hueles a cruasán caliente... (...)
Ella: Entonces... ¿por qué estás conmigo?... Si lo prefieres
Él: Bueno... porque me siento bien contigo... Porque me haces reír... y también me respetas y no me das el coñazo... Porque me estimulas... tienes espíritu... eres honesta... Porque me gustan tus ojos... tu culo, tocar la parte inferior de tu cara y tu nuca, el sabor de tu piel, tu vientre, tus manos ásperas, la inclinación de tus cejas... Porque eres la única persona con la que no estoy jugando... porque eres cerda e impúdica... fuerte y frágil... Porque te planteas preguntas acertadas... Me haces soñar con un mundo ideal... Me das la impresión de ser buena gente... Y porque, al contrario de lo que crees, de todas las personas que conozco, eres la mejor dotada para la vida.
Píldoras azules (Frederik Peeters)

Mamet dice:

El teatro es un arte comunitario (...) Cuando uno entra en el teatro, debe estar con el ánimo dispuesto a decir: "Nos hemos reunido todos aquí para experimentar una comunión, para descubrir de una vez qué está pasando en el mundo". Sin esta disposición se obtiene entretenimiento y no arte (y un entretenimiento bien pobre, por cierto).

Los tres usos del cuchillo, David Mamet.

17 de enero de 2010

Hasta el fondo

Yo voy a escribir este cuaderno que se acaba. Es como el tiempo. Los minutos se van para siempre. Cuando lleno una página, paso a otra. Si no me gusta, la tacho y la arranco. Pero no hago como que no ha pasado nada: seleccionar, suprimir y ahí está la página blanca otra vez. Que no, que no es así. Se empiezan las cosas y se acaban. No vale todo. No siempre se puede volver a empezar. No todo lo que se rompe puede arreglarse. Y a veces cuando arreglas algo rompes otra cosa sin querer. Te la juegas y apuestas por alguien, y si te falla no cambias la apuesta a mitad de la partida. Te hundes con él. Llegas hasta el fondo.

Deseo de ser punk, Belén Gopegui. 2009.

16 de enero de 2009

Perlas de Boleslavsky (II): el relato de los pepinos

Esta vez la perla es la explicación de algo muy importante para la interpretación y que todo ser humano practica y lleva consigo: la memoria emotiva. La conversación que ilustra el libro de Boleslavsky está protagonizada por él mismo y "la criatura", una joven aprendiz de actriz que recurre a él para que le aconseje en el arte de la interpretación.

La chica tiene dudas de cómo afrontar un personaje que debe estar feliz por marcharse a otro lugar y triste al mismo tiempo por tener que abandonar a su madre. El maestro le dice que tenemos una memoria especial para los sentimientos que trabaja inconscientemente por sí misma y para sí misma. Con el ejemplo que elige a continuación la cosa quedará mucho más clara:

"Por ejemplo, en cierta ciudad vivía una pareja que había estado casada durante veinticinco años. Se habían casado muy jóvenes. Él se había declarado a ella una hermosa tarde de verano, mientras caminaban por un huerto sembrado de pepinos. Estando nerviosos, como suelen estar en estas circunstancias la agradable gente joven, se detenían frecuentemente, arrancaban un pepino y se lo comían, disfrutando mucho de su perfume, del gusto y de la frescura, de la riqueza del sol que les alumbraba. Tomaron la más feliz determinación de sus vidas entre dos bocados de pepino, por decirlo así. Un mes después se casaban. En la comida de bodas fue servida una fuente de pepinos frescos, y nadie supo por qué se rieron con tantas ganas cuando la vieron. Transcurrieron largos años de vida y lucha; niños y, naturalmente, dificultades. A veces peleaban y se enojaban. A veces ni siquiera se hablaban. Pero su hija menor observó que la manera más segura de reconciliarlos era poner una fuente de pepinos sobre la mesa. Como por arte de magia olvidaban la pelea y se tornaban tiernos y comprensivos. Por un largo tiempo la hija pensó que el cambio se debía a su amor por los pepinos, pero una vez que su madre le contó la historia de su noviazgo y cuando meditó sobre ello, llegó a otra conclusión. (...)"

Pues eso, a comer pepinos...

10 de enero de 2009

Perlas de Boleslavsky (I): el actor y la cultura

Empezamos el año con un buen regalo. En mis manos ha caído un gran manual: "La formación del actor" ("Acting: The first six lessons") de 1933, de Richard Boleslavsky. Es uno de esos ejemplares descatalogados, con las páginas amarillentas y perfumados con olor a savia literaria. No podría ser otra persona que Antonio Álvarez, actor y abuelo de Rubén, quien me anima a leer estos viejos tesoros vigentes hasta la eternidad.

Aún no me he terminado de leer el libro, pero no he parado de apuntar frases maestras y citas curiosas que todos los aprendices de la profesión deberíamos grabarnos en la mente. De momento aquí está la primera entrega:

Boleslavsky distingue tres partes en la formación de un actor: la educación de su cuerpo, la educación intelectual y la educación y entrenamiento del alma. De la segunda dice:

"Uno puede discutir a Shakespeare, Molière, Goethe y Calderón solo con un actor culto que sabe qué es lo que representan estos hombres y qué es lo que se ha hecho en los teatros del mundo para representar sus obras. Yo necesito un actor que conozca la literatura mundial y que sepa ver la diferencia entre el romanticismo francés y alemán. Necesito un actor que sepa la historia de la pintura, la escultura y la música; que sepa distinguir, al menos aproximadamente, el estilo de cada periodo y la individualidad de cada pintor. Necesito un actor que tenga una idea suficientemente clara de la psicología del movimiento, del psicoanálisis, de la expresión de la emoción y de la lógica del sentimiento. Necesito un actor que sepa algo de la anatomía del cuerpo humano, como también de las grandes obras de la escultura. Todos estos conocimientos son necesarios porque el actor entra en contacto con ellos y tiene que trabajar con ellos en escena. Este entrenamiento intelectual formará a un actor que podrá representar una gran variedad de papeles."

Dicho queda...

28 de diciembre de 2008

Un poco de dramaturgia

En las clases de interpretación no nos limitamos a trabajar con escenas en pareja. Hacemos ejercicios de imitación (animales y personas), cantamos, trabajamos con monólogos... y últimamente estamos aprendiendo a desgranar los textos dramatúrgicamente.

Para mí es una tarea compleja, pero voy a intentar plasmarla de una manera simple. (Si alguien tiene una información más completa que la comparta, por favor!).

Empezamos haciendo este ejercicio con ejemplos aparentemente sencillos: los cuentos populares (El patito feo, Caperucita roja, Cenicienta), digo lo de 'aparentemente' porque es curioso que me resulte más fácil analizar una obra de Shakespeare que un cuento de los Hermanos Grimm o de H. C. Andersen.

En toda historia existen unos factores que están siempre presentes:

- Factor desencadenante (lo que pone en marcha el conflicto principal)
- Fuerza 1 (la que está estable y cambia por la aparición de la otra fuerza)
- Fuerza 2 (la que desestabiliza la fuerza 1). Las fuerzas no tienen por qué ser personas.
- Objeto de conflicto.

Así en Cenicienta el factor desencadenante es la aparición del hada, las fuerzas son : 1) la madrastra y 2) el príncipe y el objeto de conflicto es la condición social de Cenicienta.

En Hamlet el factor desencadenante es la aparición del espectro del padre muerto de Hamlet, las fuerzas son : 1) El rey Claudio y 2) Hamlet y el objeto de conflicto es la muerte del padre.

Ya hemos analizado El mercader de Venecia (el factor desencadenante es que Bassanio quiera casarse con Portia, las fuerzas son : 1) Bassanio y 2) Shylock y el objeto de conflicto es el contrato entre Antonio y Shylock.

Ahora nos toca Las tres hermanas (descargar en pdf) de A. Chéjov... la verdad es que no sé por dónde empezar. Alguien quiere ser el primero?

17 de octubre de 2008

Para leer

Aquí aparecen los libros que recomendamos en la sección "Para leer". Intentaré que la mayoría estén disponibles en pdf.

- Historia del zoo, Edward Albee. 1959. Descargar pdf aquí
- Locos de amor, Sam Shepard. 1983. Descargar en pdf aquí
- Un tranvía llamado deseo, Tennessee Williams. 1947. Descargar en doc aquí

10 de junio de 2008

Más libros...


Dos nuevos libros para mi biblioteca de teatro e interpretación: ¿Por qué? El trampolín del actor (1990, Ed. Fundamentos), de William Layton y La construcción del personaje (1975, Alianza Editorial), de Konstantin Stanislavski.

Ahora ando leyendo El actor y la diana, de Declan Donnellan, aunque quién sabe... seguramente no espere a acabarlo y mezcle varias lecturas en el camino. En este libro que ahora ocupa mis ratitos libres ya he encontrado varias reflexiones interesantes que paso a citar:

"Actuar es lo más cercano que tenemos a la verdad".

"Incluso en el arte más estilizado trata de la vida, y cuánta más vida esté presente en una obra de arte, mayor será la calidad de esa obra de arte. La vida es misteriosa y trasciende la lógica, por lo cual lo que está vivo no puede ser analizado, enseñado ni aprendido. Pero esas cosas que aparentemente imposibilitan la vida, o parecen encubrirla o bloquearla, no son ni lejanamente tan misteriosas como pretenden. Estas "cosas" están a menudo sujetas a la lógica y pueden ser analizadas, aprendidas o desaprendidas. El médico puede explicar por qué el paciente está muerto, pero nunca por qué el paciente está vivo".

"En términos generales podemos dividir el trabajo del actor en dos partes, ensayo y representación. De forma más controvertida, podemos también dividir la mente de un ser humano en consciente e inconsciente. El ensayo y el inconsciente tienen ciertas cosas en común. Ambos permanecen normalmente invisibles, pero ambos son esenciales. Son, cada uno a su manera, las cuatro quintas partes del iceberg que están escondidas. Por otra parte, como la punta del iceberg, la representación y el consciente están a la vista. Podemos ver con facilidad la cumbre del iceberg, pero necesitamos sabiduría para inferir los otros cuatro quintos. La representación más el ensayo suman el trabajo del actor, el consciente más el inconsciente suman la psique humana, exactamente igual que los cuatro quintos bajo el agua más la cumbre suman el iceberg completo".