1 de julio de 2009

Requiem por Pina

"La danza escénica pierde su diosa", no lo digo yo, si no el titular de esta noticia en El País. Pina Bausch murió ayer a los 68 años, víctima de un cáncer.

Fue en Hable con ella cuando la descubrí (ya podría haberlo hecho antes...), con esta maravillosa puesta en escena de su Café Müller. Nunca la vi en directo... y este año tuve la oportunidad en el Festival de Otoño de Madrid, pero por otras cuestiones me fue imposible.

Actualización. Hoy, jueves 2 de julio, en Radioactivos, hablaremos de micropolíticas. Para la sección de Escenicofrénica, Sofía me dio la idea de hablar de Pina Bausch:

"Hace solo un par de días, el 29 de junio, moría uno de los mitos de la danza contemporánea y por muchos considerada creadora del teatro-danza: Pina Bausch. Tenía 68 años y no malgastó su tiempo, porque justo la semana pasada estrenaba su última pieza en Alemania.

Pina fue como un Rey Midas de la revolución escénica, todo lo que tocaba acababa por no pasar desapercibido, era sencillo y complejo a la vez, emocionante, desconcertante, pero siempre inventaba nuevos caminos para crear, obviando lo establecido, lo normal, lo rutinario.

En Radioactivos no vamos a hablar de la maravillosa trayectoria o de los premios que ha cosechado Pina Bausch, vamos a hablar de la esencia de su obra que fue en definitiva lo que ella trató de comunicar al mundo.

Humor corrosivo, coreografías revolucionarias, Bausch ha sido aclamada y también abucheada en grandes teatros. Si querían asistir a una visión convencional de una ópera, por ejemplo, no lo iban a conseguir acudiendo a ninguno de sus montajes. La gran coreógrafa alemana no apostó por la linealidad, sino por una estructura narrativa libre, por contenidos cotidianos e imágenes impactantes. Por temas como las relaciones entre el individuo y el colectivo, con particular atención a las minorías sexuales, étnicas y políticas... En alguna ocasión dijo: “lo que me interesa no es cómo se mueve la gente, sino que se mueva".

En los años 80 las piezas de Pina hablaban del lado oscuro del ser humano, pero a finales de esa década, y después de recibir duras críticas, se interesó más por un estudio antropológico y cultural, de manera que creó una serie de coproducciones con distintas ciudades donde la compañía residía y trabajaba durante tres semanas, empapándose del ambiente local, su gente, su música, su luz y sus imágenes.

En 1973 creó su propia compañía: Tanztheater Wuppertal. A pesar del éxito mundial, que le abrió las puertas de todos los grandes teatros, ella optó por quedarse en Wuppertal. El dramaturgo alemán Heiner Müller alguna vez dijo que "solamente en la provincia surge la creatividad, no en las grandes ciudades", corroborando de este modo la opción de Pina Bausch.

Y ahora, tomo prestadas unas palabras que hace también dos días escribió en su blog María Ptqk. María dice que Pina era la coreógrafa “que mezclaba ópera con solos de voz desafinada y chistes malos, que vestía a los hombres con vestidos de flores y a las mujeres también y los ponía a todos a repetir los mismos gestos hasta que entendías que la seducción no son más que convenciones y que hay muchas formas de estar en el cuerpo de uno, de ser mujer o de ser hombre, muchas maneras de mirar la misma cosa y de ocupar el espacio que te separa de los demás.

Y pienso que qué injusto que no pueda salir a la calle y decírselo a todo el mundo: “ha muerto Pina Bausch”, porque ya sé que casi nadie la conoce y a ella no le van a hacer grandes funerales, ni documentales en prime time ni reportajes especiales. Qué suerte que al menos tengo el blog y alguien que también la llore podrá encontrar este post y nos sentiremos menos solos.

Ser controvertido es ser valiente y Pina consiguió una revolución en la danza contemporánea y en las mentes de muchos que pudieron disfrutar de ella."

Larga vida a Pina Bausch, necesitamos a pioneros como ella:

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