11 de noviembre de 2011

El mundo de los tres



"Otra manera de encontrarse" nos habla de la incomunicación, de lo difícil que es hacerse entender. El escenario nos plantea una aparente inconexión entre tres micropiezas: un set para el músico Miguel Marín, el tocador de la bailarina Teresa Navarrete y la salida del actor Nando Pérez que lo cerca todo con una carrera automática, desencadenando en un parlamento jadeante.
El Mes de Danza 18 estrenó el espectáculo de la Cía. Teresa Navarrete que invita, sobre todo, a intentarlo en casa. Es tan íntimo (a veces demasiado críptico) el universo que muestran, que dan ganas de probar como ellos, de estremecerse, de imaginar. Su proceso de creación colectiva queda reflejado honestamente, una fusión de danza-teatro-música, en la que todos lo hacen todo. Una retroalimentación constante, un trío armónico aceptable, aunque habría que admitir que en varias ocasiones el espacio sonoro y la presencia de Miguel Marín salvan algunos vacíos.
Los intérpretes se animalizan, en cierta forman se aparean, bailan, se trasladan. Nos embelesan de forma inconstante. Hay estampas preciosas, momentos vibrantes y un clímax musical que llega cuando se suma el dúo de violín y chelo. Mucho mejor cuando están juntos. La obra avanza y no consigue un engranaje completo, a veces el ritmo está ausente.
El final se anuncia con otra carrera de Nando Pérez, en sentido contrario, hasta que desaparece. Teresa Navarrete, con un largo vestido de flores, se tumba en el suelo y emite sonidos extraños y catárticos a través de un micrófono. Un cierre que recuerda inevitablemente a la gran Pina Bausch.
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Nota: Ésta es una crítica de 1500 caracteres redactada para el taller Palabras en movimiento que se desarrolla en esta 18 edición del Mes de danza.

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