1 de agosto de 2008

Interpretación. Curso de verano (II)

Decía en el anterior post, resumen de las clase de improvisación del curso de verano, que la técnica era algo de lo que teníamos que apropiarnos para que surgiera sola en escena. Precisamente la mitad del curso ha estado dedicada a las clases de interpretación.
Kenneth Branagh interpretando a Edmond

Nos dieron un listado de obras de teatro que teníamos que leernos antes de comenzar el curso. El primer día Mar nos emparejó a todos y nos adjudicó una escena. Lo más interesante fue que trabajamos con solo seis escenas para doce parejas, de manera que una misma escena era interpretada desde el punto de vista de varias parejas. Era sorprendente, a veces parecían hasta textos distintos. (Al final del artículo dejo algunas de las obras para descargar en pdf, el resto son varios archivos cada una y es un poco aparatoso, pero si alguien está interesado me las puede pedir por correo a cristina@zemos98.org).

En interpretación intentábamos poner en práctica lo que aprendíamos en técnica, lo cual resultaba casi imposible, todo es muy complejo. En primer lugar nos decían que aquello no era una 'escena' si no una 'situación imaginaria'.

Es increíble lo poco que escuchamos, al menos ése era uno de mis fallos. Me resultaba complicado y más cuando era consciente de que tenía que escuchar para poder opinar sobre eso y así reaccionar. Mi compañera Lidia y yo hicimos tres veces la escena y creo que nos quedamos satisfechas con lo que esbozamos, nos queda un largo camino por recorrer. Pero, ¿cuál era nuestra escena? Cuando nos lo dijeron no me lo creía: Historia del zoo, de Edward Albee.


Edward Albee en 1962

Aunque es una obra con dos personajes masculinos, según nos dijo la profesora, Albee empezó a escribir la obra a raíz de un ejercicio de improvisación con dos chicas. Ya he hablado aquí de esa obra, y además tuve el placer de profundizar en Jerry, mi personaje (en este caso, Geraldine). Estudiamos las primeras líneas de texto, profundizamos, buscamos antecedentes y justificamos todos los porqués, o eso intentamos!

Es un texto bastante complicado, con personajes muy antagónicos y difíciles de analizar. En mi caso, protagonista, me faltaba mucho que desear y como dijo Mar "si no se desea no se escucha" (parece obvio...). Además teníamos que dotarlo todo de carácter de conversación real, pero cuando el texto (y os aseguro que me encanta) comienza así se me hacía harto complicado:

Estamos en Central Park. Una tarde de domingo. Es verano. Tiempo actual.

Hay dos bancos, uno a cada lado de de la escena. Detrás de ellos alguna sugerencia de follaje, árboles, cielo...

Al comenzar, Peter está sentado en el banco de la izquierda. Lee un libro, cesa de leer, limpia sus gafas y vuelve a la lectura. Entra Jerry.

Jerry.- He estado en el Zoo. (Peter no hace caso.) Señor.

Peter.- ¿Um?... ¿Qué?... Perdón ¿Se dirigía usted a mí ?

Jerry.- Fui al Zoo y después he andado hasta llegar aquí. ¿He andado en dirección Norte?

Peter.- ¿Norte? Pues... yo... creo que sí. A ver...

Jerry.- (Señalando más allá del público) ¿Es aquélla la Quinta Avenida?

Peter.- Sí, sí.

Jerry.- ¿Y qué calle es la que va hacia allí, aquélla hacia la derecha?

Peter.- ¿Aquélla? Ah, aquélla es la calle Setenta y cuatro.

Jerry.- Y el Zoo viene a caer por la Setenta y cinco; osea, que he seguida la dirección Norte.

Peter.- (Deseando volver a la lectura). Sí; así parece.

Jerry.- ¡Viejo amigo Norte!

Peter.- (Ríe ligeramente por reflejo) ¡Ja, ja!


Millones de dudas: ¿cómo puede ser eso una conversación real? ¿Cómo retener a Peter / Petra sin asustarle? Había que buscar estrategias para captar la atención de aquella señora, sentada en un banco y cuya única intención era leer.

La primera situación imaginaria, y hablo por mí, fue víctima de mi control y pretensión. Pero cuando se siente eso hay algo que falla: quien actúa está imponiendo algo y eso es justo lo contrario a lo que debemos hacer. Podemos tener una idea preconcebida de cómo vemos los personajes, las acciones, pero tenemos que dejar sorprendernos por lo que pasa, siempre surge aquéllo que no habíamos pensado antes.

Así surgieron 12 escenas, diferentes cada una de ellas. Diferentes Glennas (Pilar, la ingenua e Isabel, más soñadora) y Edmonds (Pepe con cierto desequilibrio y desprecio y Egoitz con fuerza y locura), diferentes Mays (Lorena, amarga, Irene, frágil y María, la irónica)... Nos enseñaron que hay que vivir aquí y ahora sinceramente y con creatividad una situación imaginaria, y nosotros intentamos que eso fuera posible.

Algunas obras que hemos trabajado: (todas han sido encontradas en http://www.bibliotheka.org)

- Locos de amor (de Sam Shepard) (descargar en pdf) 214 KB
- El zoo de cristal (de Tenesse Williams) (descargar en pdf) 826 KB
- Tío Vania (de Anton Chéjov) (descargar en pdf) 327 KB
- Historia del zoo (de Edward Albee) (descargar en pdf) (9MB)

Las otras obras que podéis pedirme por correo electrónico son:

- Edmond (de David Mamet)
- Agnes de Dios (de John Pielmeier)

Otros artículos de interés:

- Historia del zoo de Edward Albee y el teatro independiente español

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